Pedrollo conserva atentamente su propia identidad de empresa italiana con un respiro mundial: de hecho, aunque opera en los cinco continentes, ha optado por mantener en San Bonifacio de Verona el corazón creador, formativo y productivo de la empresa. Así pues, en línea con un mercado sólidamente globalizado, pero comprometida a apoyar el desarrollo del propio territorio, realiza en Italia todos los productos, mientras las filiales comerciales están presentes en cada parte del mundo.
Fiel a su propia ética empresarial, Pedrollo ha considerado siempre al agua - por su naturaleza "fuente de vida" - como un recurso especial e inestimable, no comparable a un bien objeto cualquiera de negocios: para esto la empresa prioriza desde siempre la máxima difusión del agua para favorecer la salud y el bienestar de un creciente número de personas.
Los numerosos y consistentes pedidos que la empresa recibe de cada parte del mundo permiten implementar aquellas economías de escala que hacen que el producto final sea rentable para la empresa y al mismo tiempo esté al alcance del cliente.
De esta manera, gracias a su política empresarial, a la alta calidad de los productos y a las grandes inversiones en investigación y desarrollo, Pedrollo es capaz de comercializar sus electrobombas, extremadamente fiables y de alta calidad, a un precio justo y accesible incluso en los mercados de las zonas más necesitadas del planeta.